viernes, octubre 1

Carlos Morla Lynch y su agitada agenda del Centenario.


Noches en vela y enfermedades estomacales fueron los problemas más simples que debió vivir el ministro a cargo de las actividades del Centenario. Un espectáculo que deslumbró lujo en 1910, y que supo ocultar una serie de anecdóticas situaciones, desde una delegación entera atrapada en un palacio, hasta  la falta de sillas en las ceremonias del congreso. Estas y otras peripecias nos relata el autor en sus memorias íntimas, como un fiel testigo de lo que realmente fue nuestra primera gran celebración patria.