EL DIPLOMÁTICO CHILENO MATÍAS
ERRÁZURIZ ORTÚZAR AL CASARSE CON JOSEFINA DE ALVEAR, UNIÓ DOS GRANDES FORTUNAS QUE
QUEDARON PLASMADAS EN UNO DE LOS MÁS REPRESENTATIVOS EDIFICIOS DE BUENOS AIRES.
EL PALACIO UBICADO EN LA AVENIDA
DEL LIBERTADOR, FUE DISEÑADO POR EL FAMOSO ARQUITECTO FRANCÉS RENÉ SERGENT, Y
SE CONVIRTIÓ EN ESCENARIO DE LUJOSAS RECEPCIONES POR MÁS DE VEINTE AÑOS.
CUANDO ERRÁZURIZ DECIDE VOLVER A
CHILE, DESCONSOLADO POR LA MUERTE DE SU MUJER, EL GOBIERNO ARGENTINO ADQUIERE LA
MANSIÓN, CONVIRTIÉNDOLA EN EL MUSEO NACIONAL DE ARTE DECORATIVO, ENTIDAD QUE LO
CONSERVA HASTA HOY.
¿CUAL ES LA HISTORIA DE ESTE
PALACIO?, AHORA LO SABREMOS…
Los que han visitado el Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos
Aires, no pueden sino maravillarse con ese palacete neoclásico, lujoso e
impresionante, dotado de los más pretenciosos detalles que sintetizan en sí, la
visión y opulencia de una de las sociedades más ricas de América latina. Lo que
muy pocos saben, es que tan impresionante mansión nació de la mano de un
chileno, don Matías Errázuriz Ortúzar.
Cómo entonces no conocer un poco más de la historia de esta casa,
que fue por muchos años un privilegiado inmueble que albergó entre sus muros la
confraternidad Chileno-Argentina.
Antonia Salas de Errázuriz. Bibliotea Nacional de Chile |
El matrimonio tuvo once hijos, siendo Agustín Errázuriz Salas el último
de ellos, quien se casó con Cornelia Ortuzar Gandarillas, convirtiéndose en los
padres de siete hijos. El tercero fue don Matías Errázuriz, nacido en 1866.
Destinado como Encargado de negocios en Argentina en la década de 1890,
conoce a la rica heredera Josefina Alvear, nieta del Brigadier General Carlos
María de Alvear -patriota criollo-, y perteneciente a una de las familias más ricas e influyentes
de Buenos Aires. El matrimonio no se hizo esperar, se concretó en 1897 en la
catedral de la capital trasandina; fijando su residencia en la calle Chacabuco
hasta que el chileno es enviado a Paris en 1906 junto a su familia, para
continuar con sus labores diplomáticas.
Josefina Alvear, por Giovanni Boldini. |
Los holgados aires de la Belle Époque
estaban en su apogeo en Europa, las finas artes, la música, la arquitectura, la
pintura y todas las artes aplicadas alcanzaban junto a sus creadores niveles
excepcionales de figuración. Josefina Alvear y su hija son retratadas por el
célebre pintor italiano Giovanni Boldini, el favorito de la alta burguesía y
nobleza europea; mientras que Matías Errázuriz frecuenta el agitado mundo
intelectual de la mano de su pariente Eugenia Huici, musa y mecenas de varios
artistas -entre ellos Picasso-, quien es acompañada por otra distinguida
chilena y pariente, Blanca Vergara de Errázuriz, la gran matriarca del
balneario de Viña del Mar.
Imbuidos en este ambiente casi onírico, el matrimonio Errázuriz Alvear
decide encomendar la construcción de un palacio para su regreso a Buenos Aires.
Contratan entonces al conocido arquitecto francés René Sergent, quien contaba
entre sus obras la sede de la Banca Morgan, el Château de Voisins, el Grand Hotel de Roma, la casa de la
familia Gould en New York, Château de
Voormezeele en Bélgica, la residencia de la princesa de la Tour
d’Auvergne y algunos importantes edificios particulares en Buenos Aires, ciudad
que curiosamente nunca visitó.
Josefina Errázuriz Alvear, por Boldini |
Era una época extravagante, la estabilidad política y las riquezas
agrarias habían generado un intenso comercio internacional, que se intensificó
durante la primera Guerra Mundial, llenando las arcas fiscales de millones, que
se reflejaron no sólo en importantes transformaciones urbanas sino que también
en la apertura de la sociedad bonaerense hacia una vida lujosísima.
“Buenos Aires era indiscutiblemente una gran ciudad; se veía a las claras
que una inmensa ola de riquezas había desbordado, no hacía mucho, por la
capital argentina, alzándose en todos contornos, al amparo de una riqueza
improvisada, que estimulaba el lujo, no el buen gusto, palacios de fantásticas
proporciones, cuyas fachadas en general recargadas de estucados perifollos,
acusaba una reciente improvisación y
donde la pátina del tiempo no había aun atenuado el oro refulgente y abundante
de las decoraciones interiores..." comentará el cronista chileno Eduardo Balmaceda. La ciudad de Buenos Aires se ha llenado de grandes edificios particulares, todos en extremo suntuosos. Sobreviven el palacio Paz convertido en Círculo Militar, el palacio Anchorena -conocido también como San Martín, actual sede de la Cancillería; y el palacio de la familia Álzaga Unzué, transformado en un exclusivo hotel.
La Plaza San Martín de Buenos Aires, epicentro de la vida aristocrática a principios del siglo XX. Fotografía, Faebook Buenos Aires antiguo. |
El palacio Paz fue otra importante residencia de Buenos Aires. Sus lujosos salones y fachada de clara inspiración francesa hoy es ocupada por el Club Militar. Fotografía M. Rojas, 2009 |
El palacio Errázuriz Alvear se construye en el marco de ese Buenos Aires
opulento, obnubilado por la magia de Paris y su peculiar estilo de vida. El
cronista Balmaceda Valdés se muestra desconfiado y crítico al considerar la
pérdida de la austera tradición del pasado, pero no puede negar entre sus
comentarios la excepcional situación de esa gran capital sudamericana a
principios del siglo XX.
Las obras comienzan en 1911, y se extienden durante la Primera Guerra Mundial, por
lo que su construcción se ve demorada al encontrar dificultades para la
importación de materiales de lujo, como vitrales, mármoles, azulejos, boiseries
y otras tantas piezas artísticas que debían hacer de cada espacio, una
auténtica alegoría a las artes.
Se dice que Josefina Alvear aportó a la casa los millones para su
realización y que Errázuriz colaboró con su buen gusto, participando
activamente en la realización de los planos del edificio junto a Sergent, quien
acomodó las habitaciones para contener las piezas más importantes de la
colección familiar.
Exterior del palacio Errázuriz. Gentileza de MNAD, Argentina. |
El resultado fue un noble edificio de inspiración neoclásica francesa,
muy cercana al siglo XVIII, donde el único elemento que representa una salvedad
a la regla, es el gran Hall de doble altura, relacionado al frío estilo de la
Inglaterra de los Tudor.
Los demás elementos son de clara influencia francesa, ya sean los
conjuntos escultóricos que dominan el cierre perimetral, o las grandes
pilastras corintias que recuerdan el Petit Trianon de Versailles. Una mansarda
con pequeños salientes circulares es disimulada por una balaustrada, y el
magnífico ingreso al palacio es realzado a través de un pórtico circular
coronado por una cúpula. El jardín, diseñado por Achille Duchêne incorpora
fuentes de agua, esculturas, grandes árboles y pequeños parterre. Todo parece evocar la refinada corte de los Luises.
Exterior del palacio Errázuriz. Fotografía F. Imas, 2008 |
Detalles de la fachada del palacio Errázuriz. Fotografía F. Imas, 2008 |
Fachada y escultura de la pileta del palacio Errázuriz. Fotografía F. Imas, 2008 |
Exterior del palacio Errázuriz. Fotografía S/I |
Planta del primer piso del Palacio Errázuriz. Diseño Mario Rojas Torrejón, 2013. Se prohibe su reproducción |
El interior no es menos deslumbrante: basta con sólo ingresar al
vestíbulo para transportarse a la corte de Luis XVI, columnas jónicas y paneles
representando a las cuatro estaciones, todo en ese peculiar color de la piedra
parisina, maravillan al visitante que sube esa amplia escalinata custodiada por
dos quimeras, las mismas que recibían a los invitados hace casi 95 años, cuando
acudía velozmente la sociedad porteña, a alguna de las tantas recepciones del
famoso matrimonio Errázuriz Alvear.
La antecámara es de estilo Luis XVI y está revestida en roble encerado. Tiene amplias cornisas, pilastras y molduras de motivos vegetales, y una claraboya cuadrada que otorga luz al espacio. La sala es vigilada
por los retratos de Cornelia Ortuzar -madre de Errázuriz- y
Josefina Alvear, la dueña de casa, ubicada sobre una excepcional consola
dorada.
El área más grande del edificio es el Hall, diseñado en estilo Tudor por Henri Nelson, es el único de doble altura. Los muros decorados con heráldicas
y quimeras, son iluminados por tres grandes ventanas con vidrio emplomado, en cuyo
centro se encuentra una enorme chimenea. Una escalera de caracol revestida en
madera, da paso al corredor del segundo nivel, que está decorado con hermosos
tapices antiguos de origen europeo.
Pepita Errázuriz y su padre. Gentileza MNAD |
Este espacio sirvió de fantástica escenografía en diciembre de 1919, cuando
Josefina “Pepita” Errázuriz contrajo
matrimonio con Jaime Indalecio Gómez, “…vibran los solemnes acordes de la
orquesta, cruza ya la galería de arcos que circunda el hall la nívea silueta de
la desposada, velada la grácil cabecita por el vaporoso tocado de tul, orlado
de encajes de punto a la aguja… ábrenle paso entre la concurrencia que se
congrega en el hall señorial, don monaguillos dignos de figurar, por la gracia
de sus fisonomías y la nota escarlata de sus vestiduras, en alguna tela de
Barbudo.
El altar ha sido dispuesto ante la chimenea monumental que se alza entre
los grandes ventanales románicos; de la
profusa floración de azucenas y hortensias blancas surge una imagen de la
Virgen, primorosa talla en madera procedente del siglo XVI, ante la que se
inclina la gentil desposada, toda gracia y encanto juvenil…
A su lado, la elegante figura de la señora Josefina Alvear de Errázuriz,
que viste severo traje negro escotado y sombrero del mismo color, completando
su atavío perlas de un valor inestimable…” Notas sociales, Revista Caras y
Caretas, 10 enero 1920.
Gran hall del palacio Errázuriz. Fotografía en : http://universes-in-universe.org/esp/art_destinations/argentina/buenos_aires/museums/museo_arte_decorativo |
Leonor Heurtley por Jules Grün, 1921 |
La fiesta continuó en uno de los espacios más espectaculares del palacio:
el salón de baile, diseñado por André Carhlian.
Los paneles dorados que se curvan en ciertas áreas de la sala, dan la sensación
de los giros de un eterno baile, reflejado en los grandes espejos y
chandeliers, que complementan el refinado estilo rococó. “…abiertos de par en
par los amplios ventanales que dan sobre la terraza que domina la Avenida
Alvear, las deslumbradoras arañas de cristal reflejan en los altos espejos
biselados las ornamentaciones de oro patinado del suntuoso salón de baile (y)
las airosas y arrogantes siluetas que llegan desde el hall o de la sala Luis
XVI, entre las que se destacan suscitando elogioso comentario, dos bellísimas y
elegantes figuras, vestidas ambas de negro… lucen ambas valiosísimas perlas,
son las señoras Elvira Santamaría de Lezica Alvear y Leonor Heurtley de
González Moreno…” Notas sociales, Revista Caras y Caretas, 10 enero 1920.
La fiesta del enlace Gómez- Errázuriz, y el refinado ambiente del
palacio, acapararon las portadas de los más conocidos diarios y revistas,
siendo una de las más grandes celebraciones privadas de Buenos Aires.
Salón de baile del palacio Errázuriz. Fotografía en http://revistaarchivosdelsur-muestrasarte.blogspot.com/2010_06_01_archive.html |
La sala Luis XVI que
se comenta en esa nota, es nada menos que el conocido salón de madame,
espacio que podría considerar como histórico pues incorpora en su decoración
los ricos paneles que pertenecieron al Hôtel Letellier de la Rue Royale de
Paris, edificio del siglo XVIII que presenció desde su ventana la caída de la
guillotina sobre Luis XVI. Luego de la venta del palacio, sus paneles pasaron a
diferentes propietarios, y hoy se encuentran repartidos por el mundo: un
conjunto en el Philadelphia Museum of Art, otro en el Museo Nissim de Camondo y
el último en la residencia de los Errázuriz en Buenos Aires. La sala tapizada
en seda rosada, tiene un fino mobiliario del siglo XVIII y un par de
chandeliers idénticos a los del Petit Trianon; fue diseñado por André Carlhian.
Salón de Madame del palacio Errázuriz. Fotografía en : http://universes-in-universe.org/esp/art_destinations/argentina/buenos_aires/museums/museo_arte_decorativo |
Un palacio de tales características no podía tener un Comedor menos
suntuoso. Para su construcción, el diseñador
Georges Hoentschel se inspiró en el recargado estilo Luis XIV del salón de Hércules del
palacio de Versailles, logrando crear un recinto de notables características
ornamentales que incorpora paneles completos de mármol rosa, verde y blanco de
carrara; materiales ideales para realzar los grandes banquetes ofrecidos por la
familia, sobretodo después de que Matías Errázuriz se convirtió en el Embajador de Chile en Argentina en 1931. El comedor con capacidad para 24 personas resplandecía, entre fina platería,
porcelanas y ricos platillos que deleitaban a los afortunados comensales.
El comedor del palacio Errázuriz, fotografía www.MNAD.org - El salón de Hércules de Versailles, fotografía en www.chateauversailles.fr |
Contiguo al Comedor se
encuentra el jardín de invierno, diseñado
en estilo Luis XVI, está decorado con grandes paneles, enormes vidrieras y
mármoles.
Un escritorio privado,
enmaderado en roble y con estanterías empotradas, completa la planta noble del
palacio.
Antiguo jardín de invierno del palacio Errázuriz. Fotografía gentileza Museo Nacional de Arte decorativo de Argentina. |
Escritorio del palacio Errázuriz. Fotografía en : http://universes-in-universe.org/esp/art_destinations/argentina/buenos_aires/museums/museo_arte_decorativo |
El área privada del
segundo nivel de la casa no es menos elegante, e incorpora variados estilos.
Por un lado, el boudoir de Matías Mato
Errázuriz Alvear, el hijo menor, fue diseñado en curioso estilo art déco por
José María Sert, el genio modernista que había trabajado para las grandes
compañías de ballet europeo y era fiel representante de la vanguardia rupturista.
El cielo está pintado
de color azul noche en la técnica del craquelé, las manillas de las puertas eran de jade y
los lisos muros, cubiertos por curiosas pinturas carnavalescas y objetos
budistas, rompían con el riguroso estilo francés del palacio.
Boudoir de Mato Errázuriz, fotografía en www.MNAD.org |
Mucho más coherente al
palacio fue don Matías Errázuriz, quien encargó su dormitorio en un estilo Luis
XV. La boiserie de roble y el entelado se perdió tras años de uso como una
oficina administrativa del museo, pero un ambicioso proyecto recuperó el
espacio, restaurando la boiserie, entelando nuevamente la sala con seda traída
de la casa Tassinari & Chate de Paris, la misma tienda que vendió a los
Errázuriz la tela original.
El mobiliario de
estilo lusitano, que estaba guardado en los depósitos del museo, fue recuperado
y se dispuso en el dormitorio, junto a otros muebles adquiridos en remates y un
boceto de Cornelia Ortúzar, donado por Nini Gómez, nieta de Matías Errázuriz.
La antecámara y la
sala de baño, revestida en estuco con piso de mármol y con todo su equipamiento intacto, también
fueron rehabilitadas, siendo éste uno de los mejores proyectos curatoriales en
Argentina, dirigido por Hugo Pontoriero, curador del MNAD; quien junto a su
equipo devolvió el viejo esplendor de este íntimo espacio.
Dormitorio de Matías Errázuriz, fotografía en: http://revistaarchivosdelsur-muestrasarte.blogspot.com/2010/05/dormitorio-de-matias-errazuriz-ortuzar.html |
Baño de Matías Errázuriz, fotografía en: http://revistaarchivosdelsur-muestrasarte.blogspot.com/2010/05/dormitorio-de-matias-errazuriz-ortuzar.html |
Salas de estilo imperio, el dormitorio de doña Josefina Errázuriz, su
vestidor y baño; salas de recibo y el dormitorio de Pepita Errázuriz Alvear,
completan el segundo nivel de la mansión. El tercer piso –la mansarda- era
destinado al servicio.
Las terminaciones de la mansión se extendieron todo 1917 y parte del año siguiente. La familia eligió inaugurar el palacio durante los festejos que se realizaron en Buenos Aires ante la llegada de una comitiva chilena integrada por el Embajador Gonzalo Bulnes, miembros del senado y personajes de la sociedad santiaguina; quienes asistirían a la inauguración el día 18 de septiembre de 1918 del Monumento a Bernardo O'Higgins en Plaza Rodríguez Peña.
“La sociedad entera de Buenos Aires participó en nuestros festejos y sus
más caracterizados salones abrieron sus puertas en suntuosas recepciones.
Nuestro compatriota Matías Errázuriz y su esposa Josefina Alvear, hallaron en
estos días propicia ocasión para inaugurar su palacio, el más suntuoso y sin
duda el de más refinado gusto en la ciudad; las proporciones y la riqueza
sorprendían en aquella mansión que había costado a sus dueños varios millones
de nacionales y largos años de selección de mobiliario”. Balmaceda,
E. Del presente y del pasado. Ediciones Ercilla. Santiago de Chile, 1941. Pág.
144
El palacio Errázuriz en 1918, recién inaugurado. Fotografía en www.MNAD.org |
La magnificencia del
palacio Errázuriz Alvear permaneció en la familia hasta 1937. Dos años antes,
Josefina Alvear muere de cáncer, dejando en la más absoluta desolación a su
marido, quien debería enfrentar nuevamente la tragedia años más tarde.
Pepita Errázuriz
Alvear se casó con Jaime Indalecio Gómez, y tuvieron tres hijos: Carmen, Jaime (casado con la condesa italiana Ana María Lovatelli) y Josefina quien se dedicó a la
pintura, casándose con Hipólito Paz, embajador y reconocido político.
Mato Errázuriz Alvear,
bohemio de espíritu y modernista, se casó con la italiana Franca Antinori,
mudándose a la estancia de la familia Alvear en Santa Fe, donde distribuyó su
escogida colección de objetos orientales, especialmente budistas. De
temperamento inquieto y tendencia depresiva, terminó suicidándose en su
estancia, a los 40 años.
Mato Errázuriz en Mar del Plata. Gentileza MNAD |
Tras la muerte de su mujer, Matías
Errázuriz decide abandonar Argentina, y recluirse en su cómoda casa en el
balneario de Zapallar, en Chile.
Ofrece entonces al Gobierno Nacional la posibilidad de comprar el palacio y su colección de arte, con la intención de convertirlo en eun museo abierto para todos los ciudadanos.
Ofrece entonces al Gobierno Nacional la posibilidad de comprar el palacio y su colección de arte, con la intención de convertirlo en eun museo abierto para todos los ciudadanos.
La venta se concreta en 1937 y
desde ese año, funciona ahí el Museo Nacional de Arte Decorativo, la Academia
Argentina de Letras, la Academia Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte
Oriental.
El MNAD cumple una
función impecable hasta hoy, su línea curatorial, puesta en valor del inmueble
y magnifica colección, lo ha convertido en uno de los más importantes museos de
estas características en el mundo. Actualmente el museo acaba de inaugurar el
dormitorio de Matías Errázuriz, y espera
prontamente restaurar y rehabilitar nuevos espacios, siempre conservando
respetuosamente su concepción original. El palacio está abierto de martes a
domingo de 14 a 19 hrs, los días martes es gratis. Está ubicado en Avenida del
Libertador 1902, Buenos Aires Argentina. Más información en www.mnad.org
¿Qué pasó con Matías
Errázuriz?
Matías Errázuriz, Caras y Caretas 29 agosto 1931 |
El ya anciano Errázuriz disfrutó sus últimos días entre Zapallar, Santiago y la capital trasandina. Su casa en el balneario, dominando la bahía, estaba siempre abierta para las recepciones y famosa era su notable colección de arte, resguardada celosamente por su dueño. Los días de la belle époque habían terminado, el brillo de las recepciones y los despilfarros de millones mermaron sus finanzas, debiendo afrontar una vejez holgada pero sin grandes lujos, por lo menos no los que acostumbraba.
En Chile se sentía
querido, su amiga y pariente, Blanca Vergara de Errázuriz junto con Eugenia
Huici, quien había llegado a Chile casi amarrada en un avión tras una vida
entera en Europa, se convirtieron en su gran compañía.
“Sólo después de los
ochenta me he venido a dar cuenta de tanta cosa maravillosa y hermosa en mi
vida… estamos los dos en plena y clara vejez física, que no nos permite hacer
ni decir lo que deseamos, lo cual es una crueldad para dos charladores
sociales…” Cartas de Blanca Vergara a Matías Errázuriz. Archivo Sergio Fernández Larraín, Biblioteca Nacional. 1952. Más información en: http://brugmannrestauradores.blogspot.com/2010/07/la-joie-de-vivre-de-dona-blanca-vergara.html
Vendida ya la casa en
Zapallar, murió con su familia en Buenos Aires en 1953, y hoy está sepultado en
el cementerio de la Recoleta, en el mausoleo de los Alvear, junto a su querida
mujer y sus hijos…
Mientras tanto, su palacio continua dominando la ajetreada Avenida del Libertador, y maravilla a diario a miles de visitantes, quienes reconocen en cada ornamento, en cada salón; el suntuoso estilo de vida de un chileno que hizo de Argentina su hogar...
Agradecemos al Museo Nacional de Arte Decorativo por su gentileza al proporcionar fotografías e información.
Mario Rojas Torrejón
Fernando Imas Brügmann
Se prohibe la reproducción parcial o total del artículo. Todos los derechos reservados.
Palacio Errázuriz, fotografía: Flickr Zack Zalium |
Bibliografía
BALMACEDA, E. Del presente y del pasado. Ediciones Ercilla, Santiago de Chile. 1941
Revista Caras y Caretas, Buenos Aires. 14 septiembre 1918
Revista Caras y Caretas, Buenos Aires. 28 septiembre 1918
Revista Caras y Caretas, Buenos Aires. 10 enero 1920
Revista Caras y Caretas, Buenos Aires. 29 agosto 1931
Sitios web
http://www.proyectored.net/d14.html
http://www.scribd.com/doc/102659012/Palacio-Errazuriz
http://viniciusargentina.com.ar/arte/el-errazuriz-un-palacio-que-refleja-lo-mejor-del-siglo-xx-porteno-520
http://www.mnad.org/index.php?subP=jardin&header=header_lblue
http://universes-in-universe.org/esp/art_destinations/argentina/buenos_aires/museums/museo_arte_decorativo/17
http://revistaarchivosdelsur-muestrasarte.blogspot.com/2010/05/dormitorio-de-matias-errazuriz-ortuzar.html
http://urbatorium.blogspot.com/2012/02/la-plazuela-de-la-merced-y-su-escultura.html
Se prohibe la reproducción parcial o total del artículo. Derechos de propiedad intelectual protegidos en safeCreative.
2 comentarios:
Excelente artículo, por sobre todo me gusta que toca las personas y el ambiente social involucradas a su construcción, no solamente al palacio, el que me tocó conocer hace años en B.A. cuando no se hacían muchas exposiciones y estaba casi con todo su mobiliario y menaje íntegro, toda una verdadera joyita.
Que desafortunados (y errados, en mi opinión) los comentarios de Eduardo Balmaceda sobre la capital argentina. Puede, acaso, adivinarse un dejo de resentimiento por el superior nivel de prosperidad que Argentina había representado tradicionalmente frente a Chile, en especial por aquella época? Cierto, las fortunas de Buenos Aires eran relativamente nuevas, pero lo eran también las de Chile. Después de todo, se trataba de dos sociedades jóvenes.
En cuanto a su observación sobre la presencia de lujo, pero no necesariamente de buen gusto, que decir... las casas de los Bosch, Acevedo, Madero, Paz, Anchorena, Pereda, Ortiz Basualdo, Duhau... la mayoría de las grandes residencias que sobreviven hoy en Argentina son muy bellas, y si bien ni siquiera son tan ostentosas (en especial si tenemos en cuenta las mansiones que por aquella misma época mandaban a construir los magnates norteamericanos en Nueva York o Rhode Island) cuentan con detalles y terminaciones mucho mas sofisticadas que cualquiera de sus contrapartes chilenas, incluyendo los palacios Larrain Zañartu y Pereira (que parecen uno copia del otro), la residencia Cousiño, el palacio de los Edwards y las demas mansiones que supuestamente son 'tope de gama' en Santiago y Valparaiso.
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