F. Compañía de bomberos España. |
HACE POCO TIEMPO ATRÁS TUVIMOS LA SUERTE DE ENTRAR A UNA DE LAS CONSTRUCCIONES MÁS EMBLEMÁTICAS Y A LA VEZ DESCONOCIDAS DEL CENTRO DE SANTIAGO.
TREPAMOS A LO MÁS ALTO DE SU CÚPULA PARA OBSERVAR TODA LA CIUDAD, Y RECORRIENDO SU INTERIOR NOS MARAVILLAMOS CON LA DESLUMBRANTE ORNAMENTACIÓN DE LOS ESPACIOS, QUE A PESAR DEL EVIDENTE ABANDONO SEGUÍAN CONSERVANDO ESE LUJO EXQUISITO DE LA ÉPOCA ECLÉCTICA DE LA ARQUITECTURA NACIONAL.
JAMÁS IMAGINAMOS EN ESE ENTONCES QUE HOY ESTARÍAMOS ESCRIBIENDO ESTE PEQUEÑO HOMENAJE PÓSTUMO, PUES UN INCENDIO ACABA DE DESTRUIR NUESTRO PALACIO ALDUNATE EN LA ALAMEDA ESQUINA EJÉRCITO LIBERTADOR, SEPULTANDO PARA SIEMPRE ENTRE SUS ESCOMBROS UNO DE LOS ÚLTIMOS VESTIGIOS DEL SIGLO XIX CHILENO.
El año 2013 parece ser una seguidilla de desafortunadas
pérdidas patrimoniales: hace unos meses nos lamentábamos por la demolición
indiscriminada de un representativo edificio en la calle Compañía, obra de José
Forteza; y del posible derribo de otro en la calle Morandé. En la capital de
Chiloé, el cuestionado mall sigue construyéndose y en Puerto Varas, la Iglesia
del Sagrado Corazón desapareció visualmente tras los muros de un nuevo centro comercial.
Los incendios- fortuitos o no- han hecho su parte, derribando
las obras de restauración de la Iglesia de San Francisco de Valparaíso, o
destruyendo históricos inmuebles en el barrio Yungay y Franklin, en las calles
Carrera, Matucana y la Alameda, donde el fuego arrasó hace poco la gótica
mansión Torres, el palacio Iñiguez, (más información en: http://brugmannrestauradores.blogspot.com/2013/04/incendio-en-el-palacio-iniguez.html)y hoy el palacio Aldunate. ¿Qué sabemos de
ese último inmueble?, muy poco, pues recién acabábamos de comenzar nuestras
investigaciones para poder rescatar su memoria.
La calle del Ejército Libertador nace en la década de 1870 como parte del plan de mejoramiento urbano propuesto por el Intendente Vicuña Mackenna, quien augurando el éxito que sería el paseo del Parque Cousiño propuso abrir nuevos accesos entre las viejas chacras del Callejón de Vergara y Castro, al sur de la Alameda.
La calle del Ejército Libertador nace en la década de 1870 como parte del plan de mejoramiento urbano propuesto por el Intendente Vicuña Mackenna, quien augurando el éxito que sería el paseo del Parque Cousiño propuso abrir nuevos accesos entre las viejas chacras del Callejón de Vergara y Castro, al sur de la Alameda.
Aprobada la propuesta se otorgó una gran suma para afrontar
los costos de expropiaciones que comenzaron sin problemas hasta que algunos
vecinos tuvieron la idea de construir unos precarios rancheríos para poder
cobrar cuatro veces más el valor, aludiendo que los terrenos estaban
edificados. Sin desanimarse, las autoridades lograron llegar a acuerdo y hacia
1873 fue oficialmente abierta la Avenida del Ejército Libertador, una de las
más amplias de la capital. Rápidamente llegaron los vecinos, atraídos por el inigualable
ambiente de progreso que se respiraba en ese boulevard a la europea, dotado de todos los adelantos como pavimento
de adoquines, alumbrado a gas y tranvía a la puerta, sin contar que la Iglesia
de San Lázaro se había trasladado a la calle, calmando las necesidades piadosas
de las más católicas del barrio.
En 1893 la sucesión Valledor vende en $996.000 los sitios
número uno y dos de la calle Ejército a don Luis Aldunate Carrera, reconocido
político del partido conservador y abogado, quien había desempeñado importantes
cargos en el extranjero como secretario de la legación chilena en Washington,
Ministro de Relaciones Exteriores y representante chileno en diversas
convenciones internacionales. Ejerció además varios ministerios, se disputó la presidencia con Balmaceda y suscribió el tratado de paz
con Bolivia en 1883. Tuvo el honor de ser Correspondiente de la Academia de
legislación y jurisprudencia de Madrid, y de la Real Academia Española.
Luis Aldunate Carrera (1842-1908) |
Luis Aldunate volvió entonces a la política, esta vez representando
al partido liberal, ejerciendo como diputado y senador. Publicó algunos libros
de economía, y participó en la Academia Chilena de la Lengua, institución de la
que era fundador.
Pasó sus últimos años alejado de los cargos políticos, aunque
siempre mantuvo un rol de consejero y mediador en conflictos. En 1908 decidió
partir a Viña del Mar junto a su mujer donde enfermó gravemente de pulmonía,
muriendo el 3 de abril de ese mismo año. Sus restos fueron trasladados a
Santiago y hoy descansa en el Cementerio General.
“Fue una de
las personalidades más ilustres del país. Su talento poderoso, su ilustración
tan extensa como profunda, la energía de su carácter, la noble distinción de
sus maneras y el prestigio de su nombre y de sus dilatados servicios, lo
colocaron en el sitio de honor entre los chilenos contemporáneos… Los años de
retiro nos separan con un largo espacio de sus últimas actuaciones; pero el
lustre de sus servicios atraviesa la oscuridad del tiempo y todos recuerdan lo
que fue el orador, el publicista, el hombre de estado y especialmente el
diestro diplomático que manejó nuestros negocios extranjeros en los momentos
más difíciles de la historia nacional”, publicará
la revista ZigZag en su edición n°164, del 5 de abril de 1908.
Luis Aldunate (sentado en el muro) junto a su familia y amigos en las pirámides de Giza en Egipto, 1891. Fotografía perteneciente a la colección de Santiagonostalgico. |
EL PALACIO
Los sitios que había comprado el señor Aldunate estaban
ubicados en una de las esquinas más importantes de Santiago. La Alameda de las
delicias era un elegante centro social, y la Avenida del Ejército Libertador se
había convertido en un hermoso paseo por donde diariamente circulaban los coches
que regresaban del parque Cousiño. Su colorido se veía intensificado en el mes
de septiembre, cuando las fachadas eran pintadas y las banderas tricolores
recibían a las tropas que iban en dirección a la Parada Militar en el Campo de
Marte, entre la ovación de la multitud y cientos de guirnaldas de flores que
eran arrojadas desde los balcones.
En ese ambiente de bienestar, comenzó la demolición de la
vieja vivienda colonial de la sucesión Valledor, siendo reemplazada desde sus
cimientos por la moderna estructura de albañilería de ladrillo de la casa
Aldunate. El arquitecto-presumiblemente Teodore Burchard- ideó los planos de un
edificio de dos niveles, más una techumbre y cúpula; que sería utilizada en los
bajos por tres casas de renta y los altos por una vivienda principal.
La fachada de estilo ecléctico con reminiscencias neoclásicas francesas, presentaba dos niveles y un remate semicircular en la esquina, coronado por una cúpula de madera con cubierta metálica. La sobriedad del tratamiento del muro era animado por ventanas coronadas por frontones triangulares, pilastras corintias, jarrones, rejas de fierro y una serie de balcones abalaustrados; motivos ornamentales que se repetían en el primer nivel, hoy inexistente.
A la mansión se ingresaba por la calle Ejército nº3, a través de una amplia escalinata de madera que desembocaba en un impresionante Hall, decorado lujosamente con fino parquet, frontones de corte romántico, ventanas con vitrales, puertas talladas de madera y ocho columnas corintias que formaban un espacio circular. Para iluminar el espacio se recurrió a una ingeniosa solución decorativa que consistía en una espectacular bóveda donde cuatro cariátides y cuatro atlantes, sostenían el cielo artesonado que en el centro dejaba lugar para una pequeña linterna.
La fachada de estilo ecléctico con reminiscencias neoclásicas francesas, presentaba dos niveles y un remate semicircular en la esquina, coronado por una cúpula de madera con cubierta metálica. La sobriedad del tratamiento del muro era animado por ventanas coronadas por frontones triangulares, pilastras corintias, jarrones, rejas de fierro y una serie de balcones abalaustrados; motivos ornamentales que se repetían en el primer nivel, hoy inexistente.
"Tarde en la Alameda" del pintor Alberto Orrego Luco (1853-1931), donde se aprecia la casa Aldunate en construcción. |
Alameda de las delicias desde la calle Vergara, con el palacio Aldunate recién terminado. Postal de la casa editorial Carlos Brandt, app. 1895. Colección Brügmann |
Alameda esquina Ejército Libertador. El palacio Aldunate junto a la casa Bories son los últimos vestigios de la fisonomía que tenía la cuadra a inicios del siglo XX. Fotografía de los autores, 2010. |
A la mansión se ingresaba por la calle Ejército nº3, a través de una amplia escalinata de madera que desembocaba en un impresionante Hall, decorado lujosamente con fino parquet, frontones de corte romántico, ventanas con vitrales, puertas talladas de madera y ocho columnas corintias que formaban un espacio circular. Para iluminar el espacio se recurrió a una ingeniosa solución decorativa que consistía en una espectacular bóveda donde cuatro cariátides y cuatro atlantes, sostenían el cielo artesonado que en el centro dejaba lugar para una pequeña linterna.
Escalera de ingreso al palacio. Brügmann, 2013 |
También el Comedor ornamentado con paneles a media altura,
una chimenea y un espectacular cielo con artesonado, en cuyo centro hay una
pequeña lucarna circular con vidrios de colores. Sorprende el parecido de esta
decoración con el mismo espacio en otro inmueble de la época, el palacio Elguín.
Aparecen además dos grandes recintos contiguos al hall, de generosas
dimensiones y que cuentan con paneles a media altura, artesonado y ventanas con
vitrales.
Conjuntamente hacia el norte, se puede ingresar a una sala de
menor tamaño con paneles tallados, una chimenea y cielo con un llamativo artesonado
que forma pequeñas bóvedas; fue este espacio presumiblemente utilizado como
escritorio.
Hacia el norte un corredor iluminado por ventanas en la parte
superior, distribuye amplios dormitorios que miran a la Alameda, siendo uno de
los más grandes el del remate de la esquina, que cuenta con un bow-window y
acceso a un baño con piso de mosaicos.
Hacia el sur del palacio existen dos dormitorios más, un
pasillo de distribución, salitas y los vestigios de una galería que al parecer
recorría toda el área posterior del inmueble. Las transformaciones no permiten
precisar si en éste lugar se ubicaba una escalera secundaria, que permitiera
subir a las habitaciones de servicio en la mansarda, o si la mansión se
extendía hacia el sur.
La planta que reconstruimos revela que la casa era más pequeña que otras de la misma época, pero sigue el mismo patrón de vivienda unifamiliar donde los espacios públicos y privados están perfectamente diferenciados. Para Luis Aldunate y su mujer seguramente era importante seguir manteniendo una vida social intensa, pero al vivir en esa época tan sólo con dos de sus hijas –Adriana y Rosa-, no fue necesario ocupar el limitado espacio en la disposición de dormitorios. En su reemplazo el arquitecto puso especial atención en disponer una amplia zona de recepción, donde ubicó estratégicamente los grandes salones, que destacan por su amplitud y luminosidad, cualidad que se logró manejando astutamente el ingreso de luz por medio de claraboyas y galerías de cristal.
Reconstrucción de la planta. Rojas & Imas, 2013 |
No es menor tampoco la presencia de una techumbre de estructura
de madera cubierta con planchas metálicas, Burchard parece ser uno de los pocos
arquitectos que se atrevió a usar cúpulas con gran éxito, recordemos nada más
el palacio Concha Cazotte o la aun existente cúpula del palacio Elguín, cuya
estructura interior es casi idéntica a la de Aldunate, de factura tan perfecta
que parece recién salida de un astillero.
En cuanto a la decoración, los patrones utilizados en la
yesería, el uso de figuras antropomorfas y el artesonado en las habitaciones
con claraboyas circulares, responden al estilo del decorador francés Alejandro
Boulet (socio de Burchard desde 1867) un
escenógrafo por naturaleza, cuya mayor cualidad fue disponer en los espacios
desnudos, todo un arsenal de motivos artísticos donde prima el simbolismo y el
asombro. Es precisamente esta última
palabra la que resume lo que era el
palacio Aldunate, una de las últimas residencias con tintes palaciegos que
quedaba en la Alameda.
En 1908 la mansión pasa a manos de Felicitas Echeverría viuda
de Aldunate hasta su muerte en 1919. Ese año su hijo Luis compra a la sucesión el
palacio y las otras tres casas de renta ubicadas en el primer piso. Más tarde la mansión pasará manos de diversos
propietarios, quienes conservan la estructura superior, pero desmantelan el
primer nivel para dar cabida a locales comerciales en la década del 60. Posteriormente
el inmueble cayó en abandono y desuso, siendo utilizado de bodega, situación
que paradójicamente resguardó su interior en buenas condiciones, a pesar de la
basura y la destrucción malintencionada.
Vista hacia el hall. Brügmann, 2013. |
La vieja estructura que había soportado terremotos, el
abandono y la destrucción, sucumbió en unas horas, salvándose tan sólo la
fachada. Perdía así la ciudad de Santiago uno de los pocos exponentes de la buena
arquitectura del siglo XIX que aun quedaba en pie.
No queremos ahondar en detalles de la tragedia, nosotros que
tuvimos el placer de conocer su interior, vivimos con gran tristeza cada
instante del incendio y sentimos la pérdida como propia, pues como
conservadores vinculados estrechamente al arte y la arquitectura, nos parecen
estos inmuebles un documento histórico invaluable, con proyección en el tiempo,
con posibilidades para afrontar nuevos usos y que por sobretodo, deben ser
restaurados como parte de la memoria de todos los chilenos.
Incendio del palacio Aldunate, el 10 de noviembre de 2013. Fotografía radio cooperativa.cl |
Trabajos de bomberos la mañana del día domingo 10 de noviembre, con la fachada vacía del palacio Aldunate. Fotografía gentileza I Love Stgo, 2013. |
Fachada del palacio Aldunate en la Alameda tras el incendio. Fotografía gentileza I love Stgo, 2013. |
El devastador panorama del interior del palacio Aldunate. Fotografía en http://radio.uchile.cl |
La cultura malentendida en este país por sus autoridades
parece un chiste político, sorprende que ningún candidato haya demostrado
interés en la conservación real de nuestro patrimonio, tirando panfletos
arbitrarios que son más de lo mismo. Esta situación evidencia un Chile sin
historia y sin educación, que es la base de cualquier nación próspera. Antes de
celebrar los éxitos económicos en la región, antes de autodenominarse siúticamente
los jaguares de Sudamérica y antes de
buscar sistemas educativos en Finlandia o Noruega, mirémonos todos a los ojos,
bajemos de las nubes, y percatémonos que
aun nos queda mucho por aprender, valorar y solucionar.
La pérdida de nuestro patrimonio es la más clara evidencia
que aun sólo somos unos caballeros con pies de barro…
Fernando Imas Brügmann
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11 comentarios:
Es tan terrible encontrarse con éstas desgracias gracias a que la Municipalidad no protege en lo absoluto nuestro patrimonio, nuestra historia reflejada en una monumental arquitectura....
Se me parte el corazón ver como poco a poco vamos perdiendo un exquisito patrimonio y que sólo quedará un recuerdo en libros.... por otro lado también me parece espantoso ver la iglesia de San francisco que 1575 comienza su construcción con mano de obra indígena. Y que a pesar que haya sido destruido por un terremoto en 1583, se reinicia el trabajo el 23 de septiembre de 1595.. ¿nadie valora nada? ahora yo miro éste magnífico templo que es el mural de Santiago donde pegan carteles, grafitis, rayan una construcción emblemática... ¿también tendremos que ser testigos de un incendio? porque nadie aporta en nada para la mantención de nuestra arquitectura histórica..
Saludos
Por todo el país hay edificios con historia y gran valor arquitectónico que son ocupados para instalar multitiendas o están en completo abandono; nuestra sociedad que antepone, interpone y supone que el dinero dicte nuestros actos, deja poco espacio para la cultura y la conservación, que tiene lento e incierto retorno, según esta óptica.
Ojalá este sacrificio del Palacio Aldunate sirva para que las autoridades y la gente común reaccionen ante la pérdida de nuestro patrimonio cultural, a manos de las espantosas cajas de vidrio que oportuna y curiosamente aparecen ocupando el lugar de los edificios siniestrados.
Excelente testimonio, que pena lo que pasó con ese palacio.... que extraño que particulares no los compren y los hagan centros de eventos.
Muy bueno el reportaje...
lo quemaron ,,, el negocio de las inmobiliarias esta detras de este siniestro
Chile, el país líder de latinoamérica, en consumismo e incultura. Pocos serán los que alcen la voz por este hecho, pues tengan seguro que la mayoría ignora una historia de estas en televisión, y es claro que las autoridades son reflejo de los ciudadanos. Muchos quisieran un mall en su lugar y estarán más tristes por la lesión de un futbolista o el infortunio de algún farandulero. Si ser derrotista, cabe preguntarse que construcción patrimonial sigue sigue en la lista, pero pueda la buena suerte cambiar ese destino, que como sociedad nos caracteriza, o más bien dicho, es parte de nuestra identidad.: B
Chile, el país líder de latinoamérica, en consumismo e incultura. Pocos serán los que alcen la voz por este hecho, pues tengan seguro que la mayoría ignora una historia de estas en televisión, y es claro que las autoridades y candidatos, son reflejo de los ciudadanos. Muchos quisieran un mall en su lugar y estarán más tristes por la lesión de un futbolista o el infortunio de algún farandulero. Sin ser derrotista, cabe preguntarse que construcción patrimonial sigue en la lista, pero pueda la buena suerte cambiar ese destino, que como sociedad nos caracteriza, o más bien dicho, es parte de nuestra identidad.
Lamentable, no sé si es peor el abandono por años de esos bellos interiores, negados por la desidia del o los propietarios. O su triste final como pasto de las llamas, sea cuales fueren las causas del posiblemente evitable siniestro.
Felicitaciones por el aporte que haces. Una lastima la perdida de otro edifico patrimonial, pero esto parece ser el triste destino de de nuestra memoria colectiva.
Tendremos que conformanos con algun mall que se instale y que haga una supuesta "contribucion" al conservar la fachada.
Hola, es lamentable. Me he estado informando sobre el Palacio y nadie dice quiénes son sus dueños.
Por ahí leí, en comentarios, que pertenecía a la compañía Hites, es cierto? Alguien maneja esa información?
Saludos!
La triste realidad es que estos edificios son quemados intencionalmente. Hay quienes están interesados en la superficie que ocupan y lo mas simple es incendiarlos. No me cabe duda alguna que son muchos los que con mucha anterioridad estaban interesados en esos terrenos sin importarles en lo mas mínimo la cultura.
Excelente escritura sobre el retiro de escombros, me encanta lo que escribes! Sigue así y muchos éxitos!
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