Ese
colorido ambiente comercial necesitó muy pronto de edificios que pudieran
acoger la creciente clientela, que a partir de 1880 -gracias a las nuevas
técnicas de venta y publicidad- se agolpaban a diario en esos llamativos
edificios que comenzaron a levantarse en el centro y la Alameda de las
delicias. Desafortunadamente muy poco queda de ese intenso pasado, hoy derruido
entre pasajes y galerías que intentan a duras penas sobrevivir...
lunes, abril 4
LOS FANTASMAS COMERCIALES DE SANTIAGO
Suscribirse a:
Entradas (Atom)